28 julio 2025

Lo que quedó en el tintero...


 Querido amor, pensaba estos días en como la vida nos toma por sorpresa con sus giros inesperados. Un día estás presente, disfrutando la vida, con proyectos, sueños, planes y al día siguiente no estás más. Y nunca sabemos cuando se puede dar ese cambio brusco, contundente, estremecedor. 

Así de sorpresiva fue tu partida, nos tomó desprevenidos, y en un instante la vida cambió. Pienso con frecuencia que esto hizo mas doloroso el camino.  Aún hoy me encuentro a veces preguntándome porqué las cosas se dieron así.  En mi fuero interno imaginé siempre que cuando uno de los dos partiera, sería tras un proceso, que incluiría una íntima conversación, una última reconciliación, un paseo mental por nuestra vida en común, un agradecimiento por tanto compartido.  Pero no, no hubo nada de esto. Y de pronto todas aquellas palabras que uno guarda para esa despedida se quedan atascadas, guardadas, sin salir. Uno descubre así que no hay que guardar pendientes, que hoy es el mejor momento para hacer lo que se tenga que hacer.

Agradezco poderte escribir estas cartas, me ayudan a procesar los sentimientos, las ausencias, las tristezas, el dolor.  Me ayudan a recordar todo lo bueno, lo compartido lo vivido. Me permiten mantenerte vivo en mi memoria, y valorar todo lo que vivimos juntos. Los últimos años nos cuidamos mutuamente, cada uno a su manera, intentando darle al otro el apoyo que requiriese y eso lo atesoro en el corazón. Nos llenamos de detalles significativos, aprendimos a tener una convivencia pacífica, armoniosa, y también supimos apreciar los silencios y las palabras. 

Te amo mucho y te recuerdo siempre. 

16 julio 2025

El tiempo pasa...


Querido amor, hace unos días, un amigo del coro tuvo una emergencia y fue trasladado al mismo hospital de emergencias en que estuviste tú cuando te dio el infarto. Fue inevitable para mi recordar y revivir aquellos momentos de enero de 2023.  Y todos los momentos que vinieron luego.  Aparecen imágenes en mi mente una tras otra. Lo primero que veo siempre son tus pies en la camilla cada vez que la puerta de cuidados intensivos se abría y era todo cuanto podía ver.  La semana en que te debatías entre la vida y la muerte y la incertidumbre de no saber que sucedería o que sería lo mejor para ti. Eso era a lo que me aferraba en mis oraciones, que fuera lo mejor para ti. Y supongo que así fue pues partiste tranquilo, en paz. 

Nunca he llorado tanto por nadie, las noches eran testigo y compañía de mis lágrimas y mis recuerdos. Me aferraba a todo lo que tuviera que ver contigo. Recuerdo ahora aquel cabello tuyo que encontré en tu sillón favorito, y que no quise retirar un buen tiempo de ahí para sentir tu compañía. Tu olor impregnado en una prenda que aún conservo así y que en momentos de nostalgia me acercan a ti.  El olor a vela encendida también me llevaba a ti y por muchos meses mantuve tu costumbre de encender una vela de vez en cuando.

Recuerdo también las primeras semanas que me animé a salir a correr al parque sin ti. Los primeros días las lágrimas fluían y yo corría automáticamente.  Sentía tu presencia a mi lado trotando y conversando, siempre tenías algo que contar.  Por mucho tiempo seguí conversando contigo en esas carreras en solitario. Quería saber como estabas, quería saber que te fuiste sin sufrir, quería saber que era tu momento, quería, quería, quería tantas cosas.

Me preguntaba cuanto tiempo se vive un duelo, y con mi experiencia comprendí que no hay un tiempo correcto ni establecido. Que lo que hacemos es aprender a vivir sin nuestro ser amado, pero los recuerdos permanecen, los que llenan de alegría y los que dan nostalgia. Aprendí que si es posible volver a sonreír, volver a sentir que la vida es bonita, y que te puedo extrañar pero ahora sin llorar. 

Ahora puedo sentarme en tu sillón, leer tus libros, sentir tu olor, imaginarte conversando, escuchar nuestra música y mirarte a los ojos por las noches. Estoy también en un renacer, un reaprender, un reecontrarme conmigo misma, un saber quien soy ahora yo. Te amo mucho y siempre te llevo en el corazón. 

07 julio 2025

Pregunta inesperada...


Mi querido Ro, la semana pasada tuve el almuerzo anual del colegio y asistí contenta, con ganas de ver a mis compañeras y pasar un momento ameno. Recuerdo que antes de salir le comenté a Va "lo bueno es que ya todas saben lo de Rolando así es que no tendré que volver a contarlo".  Fui en grupo con dos amigas que viven cerca y al llegar ya estaba empezando la reunión. Asistimos como 150 personas.

Hubo mucha conversación, risas, recuerdos, anécdotas, rica comida, vino,  música bailable y todo iba sobre ruedas hasta que poco antes de retirarme me encontré con tu prima Mari, a la cual no veo hace muchos años.  Ella es medio despistada y no suele reconocerme. Cual no sería mi sorpresa cuando nuestras miradas se cruzaron, y me miró fijamente como tratando de recordar quien era,  hasta que la mirada le brilló, me reconoció y al saludarme me preguntó: "Cómo así estás acá? Y cómo está Rolando? Has venido con él?" 

Me quedé helada ante su pregunta, no atinaba a responder, la miraba muda, perpleja, con los ojos muy abiertos y sorprendida de que ella no supiera. Al principio me sentí incapaz de hablar, recuerdo que la miré con los ojos muy abiertos y solo podía mover  mi cabeza negando.  De pronto comprendió, y me preguntó que pasó, y le conté, y sentí nuevamente el dolor de tu ausencia, reviví los días de duelo, de asimilar tu partida. Fue como si su pregunta me volviese por unos minutos al instante cero. Ya mas tranquila le conté, se apenó, me abrazó, me pidió tomarnos una foto, y luego se marchó. En mi cabeza se acumularon recuerdos pasados, reuniones familiares, tú lleno de vida, riendo, conversando.  Estoy segura que ambas nos fuimos con una vendita en el corazón. 

Ya volvió nuevamente la calma, las aguas siguen su curso y  acepto que no estás mas en este plano, aunque en mi corazón sigues presente, tu mirada me acompaña, tu mano cálida me consuela, tu amor inmenso me cuida. Solías decirme que te enamoraste de mi sonrisa, hoy te mando una gran sonrisa hasta el cielo junto con mi amor.