Querido amor, escuchaba hoy música y al oír a Piero cantando: "y una mañana, mientras el café mezclaba, en una servilleta blanca yo te dibujaba, yo te dibujaba", no pude mas que pensar en ti. Tenías esa costumbre, la de usar las servilletas para explicar algo, hacer algún gráfico, anotar alguna fórmula, dibujar, y por supuesto, tomar nota de lo que te pareciese importante. Incluso anotabas lluvias de ideas ahí cuando querías resolver algo. No había mejor lienzo para ti.
Cargabas siempre en el bolsillo de tu camisa tu portaminas, tu pluma, tus bolígrafos, y los ponías ahí con mucho esmero, y cada cambio de camisa los mudabas y los perfumabas. Te recuerdo de siempre con esa afición. No había mejor regalo para ti que un buen bolígrafo. Como olvidar también la cantidad de veces que tuve que hacer magia para sacar las manchas de tinta que de vez en cuando se derramaban en tus camisas. Aprendí a echarles, alcohol para disolverla antes de lavar. Tú confiabas en que siempre lo lograría.
En tus libros de ciencias, encontré servilletas incluso con problemas desarrollados. Luego pasaban a ser marcadores de libros. Te gustaba mucho estudiar y siempre querías saber más.
Como olvidar cuando se te ocurrió ya de adulto estudiar matemática pura. Me dijiste que ibas a postular a la universidad nuevamente, pero que harías un examen solo con el puntaje suficiente para ingresar, manteniendo perfil bajo. Cual no sería nuestra sorpresa cuando ingresaste en primer puesto y saliste publicado en el periódico. Incluso un cliente tuyo te llamó a felicitarte :)) y tu queriendo pasar desapercibido. Me alegra que los últimos años te dieras la oportunidad de seguir aprendiendo cosas nuevas.
Conservo con mucho cariño tus bolígrafos favoritos. Te recuerdo siempre mi estudiante eterno. Muchos besos de mi para ti.