23 agosto 2025

Buenas nuevas...


 Querido amor, hoy soy portadora de buenas noticias. El martes nació nuestro segundo nieto, han sido largos días de espera pero finalmente ya es una realidad y ya está con nosotros Leandro. Es un pequeñito tierno que se deja querer. Y me impresiona la fuerza de su mirada cuando entreabre los ojos y me mira. Es como si me estuviera conociendo o quizás reconociendo de haber escuchado mi voz hablándole cuando aún habitaba en el vientre de su mamá.

Ramiro está muy emocionado y contento, pero también un tanto desconcertado pues ha sido el dueño de toda nuestra atención por 5 años, y ahora le toca compartir. Lo está haciendo muy bien, con es madurez y amor que lo caracterizan. Felizmente, mi presencia permite que yo me dedique a él mientras Va atiende a bebe.

Me apena que no va a tener ese Opa tan amoroso que aprendiste a ser. Ese abuelo incondicional que se prestaba a todo para jugar y amar.

Seguro que desde donde estés lo cuidarás con el mismo amor que intuyo cuidas a nuestro Ram.

Te amo mucho!

14 agosto 2025

Una servilleta blanca...


Querido amor, escuchaba hoy música y al oír a Piero cantando: "y una mañana, mientras el café mezclaba, en una servilleta blanca yo te dibujaba, yo te dibujaba", no pude mas que pensar en ti. Tenías esa costumbre, la de usar las servilletas para explicar algo, hacer algún gráfico, anotar alguna fórmula, dibujar,  y por supuesto, tomar nota de lo que te pareciese importante. Incluso anotabas lluvias de ideas ahí cuando querías resolver algo. No había mejor lienzo para ti.

Cargabas siempre en el bolsillo de tu camisa tu portaminas, tu pluma, tus bolígrafos, y los ponías ahí con mucho esmero, y cada cambio de camisa los mudabas y los perfumabas. Te recuerdo de siempre con esa afición. No había mejor regalo para ti que un buen  bolígrafo. Como olvidar también la cantidad de veces que tuve que hacer magia para sacar las manchas de tinta que de vez en cuando se derramaban en tus camisas. Aprendí a echarles, alcohol para disolverla antes de lavar. Tú confiabas en que siempre lo lograría.

En tus libros de ciencias, encontré servilletas incluso con problemas desarrollados. Luego pasaban a ser marcadores de libros. Te gustaba mucho estudiar y siempre querías saber más. 

Como olvidar cuando se te ocurrió ya de adulto estudiar matemática pura.  Me dijiste que ibas a postular a la universidad nuevamente, pero que harías un examen solo con el puntaje suficiente para ingresar,  manteniendo perfil bajo. Cual no sería nuestra sorpresa cuando ingresaste en primer puesto y saliste publicado en el periódico. Incluso un cliente tuyo te llamó a felicitarte :)) y tu queriendo pasar desapercibido.   Me alegra que los últimos años te dieras la oportunidad de seguir aprendiendo cosas nuevas.

Conservo con mucho cariño tus bolígrafos favoritos. Te recuerdo siempre mi estudiante eterno. Muchos besos de mi para ti.

 



06 agosto 2025

Cuestión de fe...


 Querido amor, el último domingo estaba en la parroquia, en la misa de 11, sentada en "nuestra" banca y de pronto se me vinieron imágenes de cuantas vivencias hemos tenido ahí. Lo primero que recordé (y me entristeció) fue el día de tu sepelio. Tu féretro ahí, yo junto a ti, el coro cantando a mi pedido tu canción favorita, los chicos conmovidos, lágrimas, momentos tristes. 

Pero también acudieron a mi memoria momentos felices.  Llegamos por la primera comunión de los chicos y al verlos a ellos queriendo participar del grupo de música nos fuimos quedando. Vinieron luego las confirmaciones, ir a escucharlos tocar, acompañarlos en las vigilias. Celebramos nuestras bodas de plata ahí y estuviste radiante de felicidad. Como olvidar que habías mandado hacer en secreto una coronita que me pusiste al renovar los votos, nombrándome tu reina. 

En esa misma parroquia asistimos a la despedida de nuestro hijo cuando viajó a estudiar a Alemania, y ahí se casó nuestra hija en un matrimonio hecho a la medida de ellos, los novios. Fue una boda tan sencilla y simbólica que todos estuvimos emocionados. También bautizamos ahí a nuestro Ram ya en la época de pandemia.

Hubo un tiempo en el que íbamos juntos cada domingo, pero los últimos años te fuiste aislando, y ya no te provocaba mucho salir o asistir a lugares públicos y me pedías que fuera yo, y tú te creaste tu propia forma de alabar a tu buen Dios, al cual amabas. Y le cantabas, le orabas, le encendías velas y leías su palabra en casa. Me conmovía especialmente oír tus cantos. Aún resuena en mis oídos tu voz profunda a veces en castellano y otras en hebreo, idioma que aprendiste especialmente para alabarlo.

Esa fe te acompañó hasta el final, y sé que partiste con la convicción de gozar del banquete eterno. Me acompañarás desde ahí? Yo te sigo sintiendo aquí, dentro de mi corazón. Un beso enorme hasta donde estés.

28 julio 2025

Lo que quedó en el tintero...


 Querido amor, pensaba estos días en como la vida nos toma por sorpresa con sus giros inesperados. Un día estás presente, disfrutando la vida, con proyectos, sueños, planes y al día siguiente no estás más. Y nunca sabemos cuando se puede dar ese cambio brusco, contundente, estremecedor. 

Así de sorpresiva fue tu partida, nos tomó desprevenidos, y en un instante la vida cambió. Pienso con frecuencia que esto hizo mas doloroso el camino.  Aún hoy me encuentro a veces preguntándome porqué las cosas se dieron así.  En mi fuero interno imaginé siempre que cuando uno de los dos partiera, sería tras un proceso, que incluiría una íntima conversación, una última reconciliación, un paseo mental por nuestra vida en común, un agradecimiento por tanto compartido.  Pero no, no hubo nada de esto. Y de pronto todas aquellas palabras que uno guarda para esa despedida se quedan atascadas, guardadas, sin salir. Uno descubre así que no hay que guardar pendientes, que hoy es el mejor momento para hacer lo que se tenga que hacer.

Agradezco poderte escribir estas cartas, me ayudan a procesar los sentimientos, las ausencias, las tristezas, el dolor.  Me ayudan a recordar todo lo bueno, lo compartido lo vivido. Me permiten mantenerte vivo en mi memoria, y valorar todo lo que vivimos juntos. Los últimos años nos cuidamos mutuamente, cada uno a su manera, intentando darle al otro el apoyo que requiriese y eso lo atesoro en el corazón. Nos llenamos de detalles significativos, aprendimos a tener una convivencia pacífica, armoniosa, y también supimos apreciar los silencios y las palabras. 

Te amo mucho y te recuerdo siempre. 

16 julio 2025

El tiempo pasa...


Querido amor, hace unos días, un amigo del coro tuvo una emergencia y fue trasladado al mismo hospital de emergencias en que estuviste tú cuando te dio el infarto. Fue inevitable para mi recordar y revivir aquellos momentos de enero de 2023.  Y todos los momentos que vinieron luego.  Aparecen imágenes en mi mente una tras otra. Lo primero que veo siempre son tus pies en la camilla cada vez que la puerta de cuidados intensivos se abría y era todo cuanto podía ver.  La semana en que te debatías entre la vida y la muerte y la incertidumbre de no saber que sucedería o que sería lo mejor para ti. Eso era a lo que me aferraba en mis oraciones, que fuera lo mejor para ti. Y supongo que así fue pues partiste tranquilo, en paz. 

Nunca he llorado tanto por nadie, las noches eran testigo y compañía de mis lágrimas y mis recuerdos. Me aferraba a todo lo que tuviera que ver contigo. Recuerdo ahora aquel cabello tuyo que encontré en tu sillón favorito, y que no quise retirar un buen tiempo de ahí para sentir tu compañía. Tu olor impregnado en una prenda que aún conservo así y que en momentos de nostalgia me acercan a ti.  El olor a vela encendida también me llevaba a ti y por muchos meses mantuve tu costumbre de encender una vela de vez en cuando.

Recuerdo también las primeras semanas que me animé a salir a correr al parque sin ti. Los primeros días las lágrimas fluían y yo corría automáticamente.  Sentía tu presencia a mi lado trotando y conversando, siempre tenías algo que contar.  Por mucho tiempo seguí conversando contigo en esas carreras en solitario. Quería saber como estabas, quería saber que te fuiste sin sufrir, quería saber que era tu momento, quería, quería, quería tantas cosas.

Me preguntaba cuanto tiempo se vive un duelo, y con mi experiencia comprendí que no hay un tiempo correcto ni establecido. Que lo que hacemos es aprender a vivir sin nuestro ser amado, pero los recuerdos permanecen, los que llenan de alegría y los que dan nostalgia. Aprendí que si es posible volver a sonreír, volver a sentir que la vida es bonita, y que te puedo extrañar pero ahora sin llorar. 

Ahora puedo sentarme en tu sillón, leer tus libros, sentir tu olor, imaginarte conversando, escuchar nuestra música y mirarte a los ojos por las noches. Estoy también en un renacer, un reaprender, un reecontrarme conmigo misma, un saber quien soy ahora yo. Te amo mucho y siempre te llevo en el corazón. 

07 julio 2025

Pregunta inesperada...


Mi querido Ro, la semana pasada tuve el almuerzo anual del colegio y asistí contenta, con ganas de ver a mis compañeras y pasar un momento ameno. Recuerdo que antes de salir le comenté a Va "lo bueno es que ya todas saben lo de Rolando así es que no tendré que volver a contarlo".  Fui en grupo con dos amigas que viven cerca y al llegar ya estaba empezando la reunión. Asistimos como 150 personas.

Hubo mucha conversación, risas, recuerdos, anécdotas, rica comida, vino,  música bailable y todo iba sobre ruedas hasta que poco antes de retirarme me encontré con tu prima Mari, a la cual no veo hace muchos años.  Ella es medio despistada y no suele reconocerme. Cual no sería mi sorpresa cuando nuestras miradas se cruzaron, y me miró fijamente como tratando de recordar quien era,  hasta que la mirada le brilló, me reconoció y al saludarme me preguntó: "Cómo así estás acá? Y cómo está Rolando? Has venido con él?" 

Me quedé helada ante su pregunta, no atinaba a responder, la miraba muda, perpleja, con los ojos muy abiertos y sorprendida de que ella no supiera. Al principio me sentí incapaz de hablar, recuerdo que la miré con los ojos muy abiertos y solo podía mover  mi cabeza negando.  De pronto comprendió, y me preguntó que pasó, y le conté, y sentí nuevamente el dolor de tu ausencia, reviví los días de duelo, de asimilar tu partida. Fue como si su pregunta me volviese por unos minutos al instante cero. Ya mas tranquila le conté, se apenó, me abrazó, me pidió tomarnos una foto, y luego se marchó. En mi cabeza se acumularon recuerdos pasados, reuniones familiares, tú lleno de vida, riendo, conversando.  Estoy segura que ambas nos fuimos con una vendita en el corazón. 

Ya volvió nuevamente la calma, las aguas siguen su curso y  acepto que no estás mas en este plano, aunque en mi corazón sigues presente, tu mirada me acompaña, tu mano cálida me consuela, tu amor inmenso me cuida. Solías decirme que te enamoraste de mi sonrisa, hoy te mando una gran sonrisa hasta el cielo junto con mi amor.

 

27 junio 2025

El jardín soñado...


 Querido amor, hoy recordé con la ilusión que diseñamos y construimos cada detalle de nuestra casa, y mas aún de nuestro jardín. Yo te había dicho que quería una cocina que tuviese vista al jardín y así lo hicimos. Un gran ventanal  directo al jardín lleno de plantas verdes y frondosas que me daban la sensación de contacto con la naturaleza y alegraban mis mañanas ahí.

En realidad, cuidaste cada detalle de la construcción. Recuerdo cuando te reunías con Efraín a planificar los cimientos, los muros, los ventanales, la distribución. Querías que quedase espaciosa, bonita  y segura y lo lograste. 

Recuerdo especialmente las tardes en el jardín escuchando el canto de los pajaritos que anidaban ahí, y tú imitando el silbido de cada una. Te gustaba juntar miguitas de pan para alimentarlos y venían sin temor a picotear mientras se los esparcías. Como olvidar aquel pequeño ratoncito que acampó un tiempo con nosotros y que nos daba pena eliminar. Pasó a ser parte del clan, y hasta nombre le pusimos, Stuart.  Llegó el momento en que iba con los pajaritos a recibir el pan que les ponías.  Un buen día desapareció igual como llegó. Felizmente las perritas lograron mantener una buena convivencia con los habitantes del jardín.

El día de tu cumpleaños 60 quisiste sembrar un árbol, y así lo hiciste armado de pala y tierra. En las noches nos sentábamos en la terraza a compartir algún piqueo, una copita de vino y mucha conversación. Pasamos buenos momentos ahí, luego las circunstancias nos llevaron a mudarnos, pero los recuerdos quedaron. Recuerdo como te costó dejarla, fueron días tristes para ti . Luego pasamos página y disfrutamos del nuevo hogar, mas pequeño pero igual de cálido y acogedor. Me dejaste muchos recuerdos en el corazón. Pienso en ti siempre y te amo igual.