17 noviembre 2025

Lluvia de recuerdos...


 

Querido amor, hoy mis recuerdos viajaron hasta el 26 de noviembre de 2017.  Era tu cumpleaños numero 61 y estabas muy emocionado pues la maratón en la que solías participar coincidía ese año con tu fecha.  Nos levantamos muy temprano por la mañana y fuimos a la carrera.  Te venías preparando ya hacía algunos meses y estabas confiado y eufórico. Era una actividad que te llenaba de entusiasmo y alegría. Siempre me resultaba emocionante esperarte en la línea de meta y verte llegar feliz.  Luego fuimos a celebrar a casa con los chicos, te había preparado tu comida favorita. Esa fue la última maratón en la que participaste y siento que cerraste con broche de oro. Doble celebración.

Ese año nos habíamos mudado al departamento en el que transcurrieron nuestros últimos años juntos.  Fue para ti una decisión difícil vender la casa que con tanto cariño y dedicación habíamos construido, pero las circunstancias nos indicaban que era lo que debíamos hacer. Pese a tu reticencia inicial, una vez instalados disfrutaste mucho el arreglar juntos cada rincón y convertirlo en nuestro hogar. Te recuerdo con todos tus adminículos, midiendo al milímetro las paredes para colgar los cuadros y espejos. Comprobamos una vez mas que el hogar lo construimos con nuestra presencia, con el cariño del día a día.

En este departamento tu presencia habita cada rincón, tu taller, lleno de proyectos, la silla en la que te gustaba sentarte a estudiar. Tu sillón favorito, donde cabeceabas a gusto.  La cocina donde compartíamos esos cafecitos especiales que con tanto esmero pasabas.  Nuestras noches interminables de series y piqueos. Tu rincón de oración. 

Se acerca tu cumpleaños, este año serían ya 69.  La vida te llevó temprano, pero que bueno que la disfrutaste.  Te recuerdo siempre, y te amo igual. Besos de mi para ti.


06 noviembre 2025

Noviembre...


 Querido amor, el tiempo sigue su recorrido y llegamos a noviembre. Un mes más que importante para nosotros. En él celebramos nuestro matrimonio y también era el mes de tu cumpleaños.

Mis recuerdos me llevan hasta aquel 11.11.83 en que nos dimos el si. Era un viernes al mediodía, yo tenía 21 años y tú a puertas de cumplir 27, jóvenes, ilusionados, enamorados, convencidos del paso que dábamos, elegimos una boda sencilla. Yo de vestido corto, tú de terno y corbata. Recuerdo aún el temblor de mi voz al leer la lectura acerca del Amor: "si yo hablase lenguas humanas y no tengo amor, soy como metal que resuena o címbalo que retiñe.....". Estábamos emocionados y también nerviosos. Tú también al ponerme el anillo temblabas un poquito. Fue una linda celebración y así empezamos nuestra nueva vida.  

Celebramos casi 40 años de matrimonio juntos y aunque no todo fue color de rosa, supimos sortear las tempestades y avanzar juntos. A lo largo de nuestra vida compartida aprendimos mucho uno del otro, crecimos juntos y nos dimos apoyo mutuo .  Hubieron alegrías, y tristezas. Peleas y reconciliaciones. Resentimientos y perdón. Escasez y abundancia. Cambios y adaptaciones. Muchas cosas hubieron, pero siempre la certeza de seguir juntos por donde nuestros pasos nos guiasen y así lo hicimos.

Ahora me invaden muchos sentimientos, por un lado, recuerdo con alegría y emoción todo lo vivido, por otro, viene la nostalgia a recordarme que ya no estás más acá. Hay días fáciles y otros complicados. Unos te extraño con tranquilidad, otros viene la añoranza y me haces falta. Te amo y recuerdo mucho, un beso grande hasta donde estés.

29 octubre 2025

No te des por vencido, ni aún vencido...


 Querido amor, hoy vinieron a mi recuerdo aquellos versos que con tanta vehemencia recitabas en la época en que te conocí. Eran del poema Pio Avanti del escritor argentino Almafuerte y empezaban con:
"No te des por vencido ni aún vencido, no te sientas esclavo ni aún esclavo, trémulo de pavor piénsate bravo y arremete feroz ya malherido...". 
La primera vez que me lo recitaste quedé impactada por lo fuerte de sus versos.  Sentía que hacías tuyas esas palabras, eran como un mantra que recitabas para sentirte así de fuerte y de invencible. 
 "...ten el tesón del clavo enmohecido, que ya viejo y ruin vuelve a ser clavo, no la cobarde intrepidez del pavo, que amaina su plumaje al primer ruido...". 
Recuerdo que atravesabas días duros, de mucho pesar y responsabilidad.  Hacía un año había fallecido tu mamá , se fue de un momento a otro y tú habías quedado desolado. Soñabas con frecuencia con ella y sentías mucha rabia por su partida. Pensabas que había habido negligencia médica. Eras el mayor de cinco hermanos y habías ofrecido a tu mamá hacerte cargo de ellos, tenías 23 años cuando te conocí y tu papá acababa de casarse nuevamente.  Volcaste tu enojo en las artes marciales, practicabas kung fu en un templo y ahí, mientras entrenaban con rudeza recitaban:
"...procede como Dios que nunca llora,  o como Lucifer que nunca reza, o como el robledal cuya grandeza,  necesita del agua mas no la implora..."
No te permitías llorar, no te permitías sentirte débil, vulnerable, querías ser siempre el fuerte, el valeroso, el que vencía. 
"...que muerda y vocifere vengadora, ya rodando sobre el polvo tu cabeza".
Te la escuché recitar tantas veces a través de los años que también la sentí mía. El paso de los años te ayudó a aceptar que también podías ser débil alguna vez, que tenías derecho a no ser siempre el vencedor, y que incluso era posible y consolador llorar. Aprendiste a mostrarte vulnerable y a confiarme tus temores.
Ahora que escribo esto me percato que tú, al igual que tu mamá, te fuiste sin previo aviso, y qué coincidencia, ella se fue un 9 de enero y tú fuiste a su encuentro un 11 de enero. Me dejas de recuerdo toda una vida compartida llena de aprendizajes y recuerdos. Gracias por haber querido ser siempre el fuerte, y gracias también por haber aprendido que a veces se puede ser débil. Dejaste profunda huella en mi corazón y te amo hasta ahí donde ahora te encuentres. Un beso y una sonrisa para ti.

11 octubre 2025

Hay mensajes...


 Querido amor, después de tu partida uno de mis tesoros pasó a ser nuestras conversaciones por whatsapp. Recuerdo que muchas veces tras tu partida,  he abierto el diálogo nuestro y he bajado al azar la pantalla para leer algo que me hubieras escrito e imaginar que aún estabas ahí, al otro lado del celular. Te encantaba mandarme muchos emoticones cada vez que escribías, y a veces pensaba que eran demasiados y cuando te fuiste pensé "y ahora quien me va a mandar tantos emoticones".   Me dolió mucho tu partida, en especial los primeros meses. Te leía y te lloraba, y así muchas veces.  Esos días han ido quedando atrás, ya no está tan fresca la herida, y va doliendo menos.  

Sin embargo, hay un mensaje tuyo que me acompaña cada día, el último mensaje que me escribiste ese miércoles por la tarde, antes de que te diera el infarto. Me escribiste "te amo y los amo muchísimo" y ahí quedó grabado en mi corazón y en mi pensamiento. Al comienzo me suscitaba la pregunta: "intuías que pasaba algo?" Fue una especie de despedida? O solo fue una coincidencia? Pero fueron tus últimas palabras hacia mi, y las llevo siempre conmigo. 

Ese mismo miércoles por la noche, cuando me dejaron entrar a verte en la sala de cuidados intensivos te susurré al oído "todos te amamos y estamos en paz contigo, si tienes que irte, vuela en paz".  Ahora que miro hacia atrás me doy cuenta de la coincidencia de nuestras palabras. Así es el amor, o por lo menos , así lo sentíamos. Aprendimos mucho en tantos años compartidos.  Aprendimos a darle prioridad a lo bueno, a rescatar lo bonito, a perdonarnos, a no acostarnos molestos,  a convivir al día y en armonía, a aceptarnos con "todo el paquete" como bromeábamos a veces. 

Hoy volví a leer tu mensaje, sigue vigente, sigue amoroso, sigue escrito en mi corazón. Confieso que hoy de nuevo alguna lágrima se escapó, pero ya pasó. Te amo mucho y te recuerdo siempre, dejaste huellas profundas en mi corazón.

28 septiembre 2025

Y la música ahí...


 Querido amor,  pensaba hoy en cómo la música ha sido nuestra compañera desde que nos conocimos. Cuando empezamos a salir, te gustaba sacar la letra de mis canciones preferidas y me las traías escritas, así me ibas conquistando :)) Cierro los ojos y veo aún las hojas arrancadas de tu cuaderno, escritas a mano intentando hacer letra clara, con las canciones de los Carpenters.

Nuestra vida compartida estuvo siempre matizada de música, pasando por todos los géneros. Nos dedicamos mutuamente muchas canciones y aún al día de hoy hay algunas que no me atrevo a escuchar porque sé que aún duelen. 

Pero hoy hice un experimento.  Me animé a probar con el grupo de jazz Avalon, que fue nuestro acompañante musical de largas noches de piqueo y conversa en los últimos tiempos compartidos.  Los encontraste de casualidad, navegando por Youtube, y te divertía mucho ver cada detalle de sus videos, imaginando incluso lenguaje de miradas, o gestos con los que montabas historias entre ellos, historias que me ibas narrando mostrándome los videos. Hoy cociné escuchándolos y hasta me animé a cantar y pude hacerlo con alegría. 

Debo creer lo que dicen por ahí que el tiempo obra maravillas y cura el dolor. Esto me animó a abrirle la puerta a otras canciones nuestras y me fue bien. Aún quedan en lista de espera algunas que fueron muy especiales. Tendré paciencia, ya llegará su momento,  por ahora me alegra celebrar lo que hoy logré.

Gracias mi compañero de vida por todo lo vivido. En mi recuerdo anida cada momento. Te amo y te recuerdo siempre y te mando una sonrisa.



20 septiembre 2025

Setiembre...


 Querido amor, el mes de setiembre me remonta al año 94 y te veo ilusionado montando tu oficina.  Fue el momento en que decidiste renunciar a la firma para la que trabajabas y emprender un negocio propio. Con cuanta ilusión buscamos una oficina para alquilar. Encontramos una que nos gustó desde la primera visita y nos embarcamos a la tarea de amoblarla, acondicionarla y echar el negocio a andar. Compramos juntos cada mueble, cada silla, cada detalle. Inauguraste el 9 de setiembre hace  31 años. 

Difícil olvidar ese día. Pasé por la parroquia a recoger al padre Juan a quien le habíamos pedido que bendijera la oficina y lo encontré a punto de celebrar un matrimonio. Al verme recordó el compromiso que tenía con nosotros y me dijo "no te preocupes, los caso y nos vamos, siéntate". A esa hora tú ya estabas recibiendo a los invitados a la inauguración. Tuviste que hacer magia para mantenerlos entretenidos mientras llegaba con el padre.  Ese mismo padre nos había casado 11 años antes, por ello lo habíamos elegido a él para este momento tan importante.  Todo salió bien, y así emprendimos un nuevo tramo de nuestra vida.

Conocimos el negocio en el camino, tuvimos altibajos, trastabilladas, dudas, éxitos y fracasos,  pero seguimos adelante y nos deparó también experiencia, oportunidades y aprendizajes. Aprendí algo del negocio y te apoye cuanto pude. Como olvidar los fines de semana que íbamos a hacer limpieza profunda acompañados de los chicos, a quienes les hacía ilusión visitar la oficina.

Miro hacia atrás y me sorprende la cantidad de cosas que hicimos juntos. Aunque no siempre estábamos de acuerdo en todo, aprendimos a conciliar y hallar el punto de equilibrio. Me gusta el camino que recorrimos juntos. Te tengo siempre presente y me gusta dejarme sorprender por los recuerdos.  Ellos escriben por mi en este diario de cartas para ti. Te amo mucho siempre. Besos de mi para ti. 

06 septiembre 2025

Los inicios...


 Querido amor, estos días que estoy ayudando a nuestra Va  con el bebé, mis recuerdos viajan a través del tiempo y nos veo en nuestros inicios. Recuerdo especialmente cuando llegamos a casa con ella en brazos, tan llenos de amor y a la vez de temor, inseguros ante cualquier eventualidad, pero con muchas ganas de hacer las cosas bien.

 Yo tenía 23 años cuando ella nació y tú 28 y nos hacía mucha ilusión formar nuestra familia.   Leíamos libros de crianza y nos preparábamos para el futuro. Recuerdo las noches de desvelos, faltos de sueño pero ilusionados, contemplando a nuestra pequeña con admiración. Vigilábamos su sueño, su respiración, y todo lo que pudiera pasarle. Dos años después, el nacimiento de Artu nos tomó mas experimentados, mas seguros, pero aún llenos de dudas. Aprendimos juntos los 4 en el camino de la vida, cometimos errores y aciertos, pero nunca nos dimos por vencidos.

Hoy, que tú ya no estás, me acompañan ellos, y me siento orgullosa de los adultos en que se han convertido. Son en esencia, buenas personas, de nobles sentimientos y sólidos principios. Y puedo pensar entonces que todo valió la pena. Gracias por la linda familia que logramos tener, gracias por cada momento que nos tocó vivir, de todos aprendimos. Te amo,  te extraño y te recuerdo mucho.