28 enero 2025

Recuerdos del ayer...


Querido amor, nunca deja de sorprenderme como un simple detalle puede abrir la puerta a tantos recuerdos. Me ocurrió hoy que me provocó comer un pan con aceitunas. Al sacarlas del frasco, vi tu mano haciendo lo mismo y recordé tu mirada golosa preguntando si podías terminar las que quedaban. Como nos gustaban esas noches de series de Netflix, acompañadas de panes variados con quesos y aceitunas. Momentos que disfrutábamos muchísimo.

Luego nos vi allá por los 80's, de paseo en el campo, hambrientos después de sendas caminatas a orillas  del río, que entramos a un pequeño local a comer algo y los dos nos antojamos de pan con aceituna y nos pareció tan delicioso como un gran manjar. Creería que ahí nació nuestra afición por el pan con aceitunas.

Cuando me vienen estos recuerdos, me da nostalgia y añoro compartir esos momentos. Y así como ese van viniendo a mi mente muchos otros momentos vividos. Te mando un beso enorme y te llevo siempre en mi corazón.

19 enero 2025

Tiempos de calma...


 Querido amor, hoy estuve pensando en nuestros últimos años compartidos.  Nuestra vida dio un giro enorme con la pandemia. Cada uno tuvo que romper  con sus rutinas, sus horarios, sus ocupaciones y nos encontramos compartiendo espacio y tiempo las 24 horas. 

No sabíamos bien como funcionaría la situación, y las noticias alarmantes nos mantenían asustados y preocupados. Declararon cuarentena y nos encerraron en casa, y logramos una convivencia saludable, respetuosa, pacífica. Supimos compartir espacios, quehaceres, entretenimientos, preocupaciones, alegrías y risas también.  Incluso adecuamos nuestras rutinas de ejercicios para realizarlos en casa. Yo cocinaba mientras tú limpiabas y así juntos supimos organizarnos y disfrutar de este tiempo.

Recuerdo nuestras tardes, tú entretenido en tu taller, arreglando algo, ordenando y limpiando tus herramientas, escuchando noticias. Yo en el comedor armando rompecabezas, escuchando música, leyendo algún libro escuchando alguna entrevista de interés.. Descansando por ratos en el sillón. Llegada la nochecita nos llevábamos al cuarto nuestro piqueo para tomar lonche viendo alguna serie.

Hubieron también largas y frecuentes conversaciones por zoom con nuestros hijos. Nosotros preocupados por ellos, ellos preocupados por nosotros. Se bajaron barreras, hubo acercamiento, hubo amor.

En esa época también nació nuestro nieto. Trajo mucha alegría con su llegada y nos enseñó a ser como niños para jugar desenfadadamente con él y llenarlo de amor. Fuiste un lindo abuelo el tiempo que estuviste y dejaste huella en su corazón.

También fue un tiempo en que pudiste dedicar tiempo a tu gran pasión, estudiar y aprender cosas nuevas. Siempre estabas ocupado con nuevos cursos online, entusiasmado y lleno de proyectos. Eso alegra mucho mi corazón. Recordarte así, emocionado, entusiasta, planeando. 

Hoy Google me trajo fotos de recuerdos de diversos momentos vividos en esos últimos años y veo la chispa de alegría en tu mirada. Me quedo con esa mirada en el corazón. Te amo y recuerdo siempre.

05 enero 2025

Hacia la luz...


 

Querido amor, hoy has estado todo el día en mi recuerdo. He seguido hora a hora la travesía que vivimos hace dos años.  Difícil olvidar aquel 4 de enero en que te dio el infarto y pude acariciar tu rostro por última vez. Tus ojos cerrados, húmedos, pestañeando, me decían que me escuchabas, que sentías mi voz, mi compañía, mi amor, mi lucha entre pedirte que te quedes o dejarte partir. Aunque no dependía de mi, no sabía que pedir.  Opte por rogar lo mejor para tí, aunque eso significase renunciar a ti, a tu compañía, a tu amor, a tu protección, a tu complicidad. 

Siempre sentí que tu partida ocurrió el 4, y no el 11 cuando oficialmente tu corazón dejó de latir. Lamento mucho esa semana que estuviste internado, con los médicos luchando por retenerte y tú queriendo descansar. Quizás era el tiempo que necesitabas para liberarte y marchar. No me permitieron verte esos días y eso me duele mucho, que te hayas podido sentir solo. Pero tu alma sabe que mi alma estuvo contigo en todo momento.

A puertas de celebrar nuestro 40 aniversario te marchaste, sin equipaje, con sueños pendientes, planes, proyectos, amor del bueno.  La luz te esperaba, te acogía, te daba descanso de tanto dolor.  Y sentí que fue lo mejor para ti. Tuve que aceptar, renunciar y dejarte ir. Extraño tus abrazos, tu mano cálida que envolvía la mía y me daba seguridad, nuestros juegos, nuestras bromas. Eso bonito que habíamos logrado mantener vivo pese al tiempo. 

Perdona este momento de tristeza, estas lágrimas que hoy no se quieren detener. Necesitaba este desahogo. Te prometo retomar mañana la entereza y continuar con alegría y fortaleza mi camino. 

Te amo mucho, y siempre te llevo en mi corazón. Te beso con amor.