Querido amor, nunca deja de sorprenderme como un simple detalle puede abrir la puerta a tantos recuerdos. Me ocurrió hoy que me provocó comer un pan con aceitunas. Al sacarlas del frasco, vi tu mano haciendo lo mismo y recordé tu mirada golosa preguntando si podías terminar las que quedaban. Como nos gustaban esas noches de series de Netflix, acompañadas de panes variados con quesos y aceitunas. Momentos que disfrutábamos muchísimo.
Luego nos vi allá por los 80's, de paseo en el campo, hambrientos después de sendas caminatas a orillas del río, que entramos a un pequeño local a comer algo y los dos nos antojamos de pan con aceituna y nos pareció tan delicioso como un gran manjar. Creería que ahí nació nuestra afición por el pan con aceitunas.
Cuando me vienen estos recuerdos, me da nostalgia y añoro compartir esos momentos. Y así como ese van viniendo a mi mente muchos otros momentos vividos. Te mando un beso enorme y te llevo siempre en mi corazón.
Muy bien elegido el nombre de soñadora que hoy hace juego con tus preciosos recuerdos que cuentas tan dulcemente.
ResponderEliminarEs tan grato recordar momentos tan hermosos, que se vuelven a vivir aunque luego quede esa suave nostalgia.
Me encantó tu forma de contarlo.
Un abrazo y muchas gracias por tu visita a mi blog. 🤗
Nunca se sabe dónde se van a posar los recuerdos, es hermoso y valiente lo que escribes. Un abrazo
ResponderEliminarY gracias a esos recuerdos, volvemos a vivir aquellos momentos, incluso a sentir la presencia del ser que amamos y añoramos...me encantó leerte
ResponderEliminarUn abrazo