27 junio 2025

El jardín soñado...


 Querido amor, hoy recordé con la ilusión que diseñamos y construimos cada detalle de nuestra casa, y mas aún de nuestro jardín. Yo te había dicho que quería una cocina que tuviese vista al jardín y así lo hicimos. Un gran ventanal  directo al jardín lleno de plantas verdes y frondosas que me daban la sensación de contacto con la naturaleza y alegraban mis mañanas ahí.

En realidad, cuidaste cada detalle de la construcción. Recuerdo cuando te reunías con Efraín a planificar los cimientos, los muros, los ventanales, la distribución. Querías que quedase espaciosa, bonita  y segura y lo lograste. 

Recuerdo especialmente las tardes en el jardín escuchando el canto de los pajaritos que anidaban ahí, y tú imitando el silbido de cada una. Te gustaba juntar miguitas de pan para alimentarlos y venían sin temor a picotear mientras se los esparcías. Como olvidar aquel pequeño ratoncito que acampó un tiempo con nosotros y que nos daba pena eliminar. Pasó a ser parte del clan, y hasta nombre le pusimos, Stuart.  Llegó el momento en que iba con los pajaritos a recibir el pan que les ponías.  Un buen día desapareció igual como llegó. Felizmente las perritas lograron mantener una buena convivencia con los habitantes del jardín.

El día de tu cumpleaños 60 quisiste sembrar un árbol, y así lo hiciste armado de pala y tierra. En las noches nos sentábamos en la terraza a compartir algún piqueo, una copita de vino y mucha conversación. Pasamos buenos momentos ahí, luego las circunstancias nos llevaron a mudarnos, pero los recuerdos quedaron. Recuerdo como te costó dejarla, fueron días tristes para ti . Luego pasamos página y disfrutamos del nuevo hogar, mas pequeño pero igual de cálido y acogedor. Me dejaste muchos recuerdos en el corazón. Pienso en ti siempre y te amo igual.

1 comentario:

  1. Qué frágil y a la vez fértil es la memoria cuando se cultiva con la ternura de quien ha amado con los cinco sentidos. Tu jardín soñado no es sólo un espacio verde: es un relicario de instantes donde el tiempo parece haberse detenido para escuchar los silencios compartidos. Qué forma tan dulce de resistir el olvido… sembrando palabras que huelen a tierra húmeda, a pan recién partido y a vino en buena compañía. Gracias por regalarnos esta estampa que trasciende los límites de la nostalgia y se instala donde vive lo esencial.
    Saludos de viernes.

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