Querido amor, parece mentira como algunos detalles nos pasan desapercibidos por la fuerza de la costumbre. En días pasados me percaté que pese a que ya transcurrieron dos años y medio de tu partida, sigo durmiendo en mi lado de la cama, y tu lado sigue ahí, junto a mi, vacío, como esperándote.
Ha sido algo tan natural dormir así en toda nuestra vida compartida que no me había dado cuenta que lo sigo haciendo igual. No se si mi inconsciente quiere creer que aún estás a mi lado, o simplemente me acostumbré a no necesitar más espacio.
Era bonito cuando nos echábamos uno al lado del otro a ver la tele, conversar de como fue el día o a leer cada uno su libro. Siempre me ganaba el sueño y tú te levantabas sigiloso a sacarme los lentes, apagar la luz, arroparme y darme un besito de buenas noches. Yo te sentía entre sueños, te sonreía y dormía confiada.
Estás siempre presente en mis pensamientos y mi corazón te ama en tu ausencia. Besos de mi para ti.
Qué hermosa reflexión llena de amor y nostalgia, Soñadora. Es increíble cómo los pequeños hábitos guardan la esencia de quienes amamos, incluso en su ausencia. Cada palabra transmite la profundidad de los recuerdos y el cariño que perdura más allá del tiempo. Gracias por compartir este pedacito de tu corazón, Soñadora. Es un texto que llega al alma.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Enrique, así es, esos pequeños hábitos conforman la vida en común y aun en la ausencia permanecen. Gracias por venir a compartir.
EliminarUn abrazo
🌹💘💐 fue un gran amor, imposible olvidar. Un abrazo grande.
ResponderEliminarHola Hada de las Rosas, bien lo dices, imposible olvidar.
EliminarUn abrazo!
Muy dulces y amorosos esos recuerdos, los que siempre se quedan en un rinconcito del corazón.
ResponderEliminarMuy bonito.
Un abrazo.
Hola Elda, cuantos recuerdos atesoramos ahí, no? A veces algunos se escapan.
EliminarUn abrazo