31 diciembre 2025

Navidad sin ti...

 



Querido amor, este es ya el tercer año que me toca celebrar la navidad sin ti.  Recuerdo cuando recién te fuiste, muchas personas me decían que lo mas duro era el primer año. Que era necesario transitar todas las fechas importantes del año sola, para poder procesar y que luego sería mas sencillo.  No siempre es así. Aún hay momentos de añoranza y sobre todo de recuerdos.  

En Navidad, al dar las 12 solíamos darnos un gran abrazo, apretado, amoroso, expresivo, que decía sin palabras "estamos juntos".  Y esto es lo que mas extraño, ese abrazo grande que cobijaba y brindaba certezas. Tu mirada que a través de la sala me miraba alegre y me hablaba de amor.  Ahora es un abrazo invisible el que te doy, un abrazo silencioso y agradecido. En medio de la algarabía de la reunión familiar, aparece por momentos tu  mirada, tu cariño, tu presencia.

Compartimos juntos tantas navidades, y de tantas maneras que los recuerdos abundan. Tuvimos épocas de carencias y épocas de bonanza. Muchas navidades felices, tratando de que los niños lo pasaran ilusionados.  Otras, cuando los chicos tocaban en la parroquia,  íbamos  a la misa de gallo y volvíamos con las justas a casa para celebrar.  También algunas navidades fueron tristes por ausencia de personas queridas. Nuestra última navidad juntos fue feliz, Ramiro tenía 2 años y todo giraba en torno a él y tú lo amabas mucho.  Recuerdo cuando estuvimos ya solos en el cuarto que me dijiste "es un amor nuestro cuchi, tenemos que cuidarlo siempre". Quien podía imaginar que dos semanas después ya no estarías para hacerlo. 

 Ahora el ausente eres tú y poco a poco me voy adaptando. Voy aprendiendo a recordarte sin tristeza, a aceptar tu partida con gratitud, y me alegra escribirte.  A veces me pregunto donde estarás, cómo será después de morir. Pero una parte de ti se alberga en mi corazón. Te amo mucho mi Roskolgo.


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