25 agosto 2024

Recuerdos gratos...


 

Querido amor, dicen que recordar es volver a vivir, y pienso que de alguna manera es así. Me agrada recordarte. Aún escucho el sonido de tu voz cálida y ronca, tu risa , tu mirada profunda, tus charlas interminables cuando un tema te apasionaba, tu fe. tu voz cantando para orar, tu ternura con Ramiro.

Te recuerdo sentado en tu escritorio escribiendo o estudiando, o en la silla del comedor concentrado en tu celular mientras yo dormitaba una siesta en el sillón. Tu abrazo  y bendición cada vez que yo salia, y luego al bajar, levantar la mirada para verte ahí en la ventana haciendo un gesto de abrazo para mí.

Tu paciencia cuando te pedía que me grabes algo para el coro y lo hacías una y otra vez hasta que saliera bien.  Justo el otro día encontré uno de estos videos en que nos estamos riendo porque nos comunicamos mal y grabaste cuando aún no estaba lista. Cosas tan nimias que ahora conforman un mundo de recuerdos.

Me gusta también recordar nuestras mañanas en el parque, cuando salíamos a trotar y tú saludabas a todos los perros que sacaban a pasear a esa hora y a mi me daba risa que te supieras sus nombres y no los de sus cuidadores. Te recuerdo también jugando con Bicha, haciéndola saltar a recoger la botella y ella feliz luciéndose. O cuando Chacha te esperaba impaciente que llegues de la oficina para que la lleves a pasear.

Te recuerdo en el jardín de la casa, dándole de comer a los pajaritos que anidaban ahí, e imitando tan bien el silbido de cada uno de ellos que lograbas que bajen confiados a comer.

O nuestras maratones de series, comiendo canchita o panes con aceitunas y queso. No me he vuelto a enganchar con ninguna serie, en realidad casi no veo tele ahora. Creo que lo divertido era compartir el momento mas que lo que veíamos.

Me asusta pensar que con el tiempo tu recuerdo se vaya diluyendo y no logre visualizar tu imagen, ver tus ojos, oír tu voz o sentir tu abrazo. Espero que no sea así. Te mando un beso grande.

15 agosto 2024

Ha llegado una carta...


 

Querido amor, conversaba el otro día por teléfono con Artu y me pregunta: "¿sigues escribiéndole a mi papi?", le comenté que si, que lo hago con cierta regularidad, según me vienen los recuerdos o la necesidad de volcar mis pensamientos/sentimientos y se rió y me dijo que se imaginaba a san Pedro en la puerta del cielo recibiendo la carta y llamando en voz alta:" Roskolgo!!!! Ha llegado otra carta para ti!!!"

Nos reímos mucho con su ocurrencia e imaginando la escena. Esto me llevó a pensar que cada vez son mas las veces en que recordarte ya no duele, y que incluso puedo sonreír evocando momentos, vivencias, costumbres nuestras. Fuiste una persona muy especial y dejaste huella en tu paso por nuestras vidas y muchas cosas que recordar.

A Ram, por ejemplo, le encanta que le cuente anécdotas tuyas.  Pese a ser muy pequeño y solo haberte gozado 2 años y medio, él también te recuerda mucho y le costó aceptar tu ausencia  y adaptarse a ella. Le gusta cuando le cuento como podías imitar el sonido de los pajaritos que anidaban en nuestro jardín, y como comían prácticamente de tu mano, incluido el ratoncito (Stuart) que acogimos un tiempo.

También se divierte cuando le cuento como te molestaba que poden los árboles en el parque, no aceptabas que luego estarían mejor y llenos de brotes nuevos. Y ni que decir de como le gusta tener objetos que fueron tuyos y que sabe que te gustaban. Tus cubos mágicos, tus linternas, tus lupas, tu juego de domino, tu reloj que le habías dejado en su sala de juegos. Siempre quiere saber mas de ti. Me encanta comprobar que el amor que le diste caló profundo y que tu recuerdo anida en su corazón. Te amamos y recordamos siempre. Besitos.



05 agosto 2024

¿Bailamos?

 



Querido amor, pensaba estos días en que uno de los recuerdos más bonitos que tengo contigo es lo mucho que nos gustaba bailar.  Hubo un tiempo en que lo hacíamos con bastante frecuencia.

La primera vez que bailamos juntos fue en una fiesta a la que fuimos  antes de ser enamorados, y cual no sería mi sorpresa cuando me invitaste a bailar una salsa y resultaste tremendo bailarín. Me comentaste que habías vivido como seis años en Panamá y de ahí tu afición. Eso me encantó pues a mi me gustaba mucho bailar.  Me contabas anécdotas de Willie Colón, del Gran Combo de Puerto Rico, de la Fania, de Johnny Pacheco,  y tantos más, era muy entretenido escucharte.

Ya de enamorados solíamos ir los fines de semana a alguna discoteca y nos divertíamos mucho. Como olvidar nuestras salidas con tu amigo Pedro que cada sábado llegaba con una chica distinta, eso siempre nos causaba gracia pues nunca llegaba a encontrar a la chica de sus sueños.  

Mas adelante, ya casados reemplazamos las discotecas por hacer reuniones bailables en  casa con algunas parejas amigas y cuando nacieron los chicos, las reuniones se volvieron reuniones familiares pero siempre había música y la invitación a bailar.  Con el paso del tiempo se fueron espaciando estos momentos.  Los reemplazamos  por compartir una copa de vino y mucha conversación o ver alguna serie en la tele.

La última vez que bailamos fue en el matrimonio de nuestra Va. Increíble cuanto nos  divertimos esa noche, no paramos de bailar de inicio a fin de la fiesta, estuvimos incansables. Que linda oportunidad nos dio la vida de volver a revivir esos momentos y gozar bailando. 

Muchas veces escucho toda esa música que nos acompañó durante nuestro tiempo juntos y en mi corazón bailamos, y a veces incluso, me animo a dar unos pasitos de baile. Te amo mucho y te mando un beso enorme.