31 marzo 2024

Caminos intrincados...


 

Querido amor, estos días he recordado cuanto camino hemos recorrido juntos. Una de las primeras afinidades que descubrimos entre nosotros fue el gusto por las caminatas y solíamos caminar un rato a la salida del instituto.  Recuerdo también que caminábamos  al salir de paseo, al cine o a tomar algo. Todo lo hacíamos a pie y muchas veces elegíamos el camino más largo para ganar algunos minutos de mutua compañía .

Fuimos ampliando nuestra red de caminatas y empezamos a irnos de paseo a las afueras de Lima. Llegábamos con algún transporte hasta la plaza  y de ahí emprendíamos largas horas de caminata cerca de algún río y disfrutando de hermosos paisajes alrededor. Mas adelante, repetiríamos estos paseos en compañía de nuestros hijos.

Durante la vida son incontables los caminos que hemos recorrido juntos, tanto textual como simbólicamente. Enamoramiento, matrimonio, paternidad, responsabilidades, trabajo, independencia. Dificultades, preocupaciones, diferencias, reconciliaciones, resentimientos, perdón, amor.

Hubieron también momentos de bifurcación, en que cada quien quería tomar un camino distinto, una opinión diferente, pero siempre hallamos el modo de encontrar el punto medio o de ceder y seguir andando juntos.

Con el paso de los años le perdiste el gusto a la calle. El cansancio del trabajo, el estrés,  la rutina y las preocupaciones te hicieron preferir la tranquilidad de casa, leer, estudiar, ver la tele. O simplemente pasar horas  en tu taller con algún proyecto.

La pandemia nos trajo la novedad de volver a caminar, pues no se podía transitar en auto, y ahí retomamos el viejo hábito.  Recuerdo especialmente nuestras caminatas a visitar a nuestra hija o al parque para jugar con Ram.  

También caminábamos al centro de vacunación o a votar. Esto solía ser en día domingo y lo hacíamos como antaño, conversando,  riendo  y a paso de paseo. Me da nostalgia imaginar estas dos caminatas sin tí. También me entristece pasar por tu camino de regreso de las compras. Siempre que lo hago te imagino caminando apurado y jalando tu carrito de compras. Te amo y te extraño.

28 marzo 2024

Palabras que duelen...


 

Querido amor, el domingo salimos a comer al chifa al que solíamos ir juntos y que tanto nos gustaba desde que los chicos eran pequeños.

 Estuvo cerrado por la pandemia pero hace unos meses lo reabrieron. Aunque no está nuestro amigo que cocinaba tan rico,  nos dicen que son los mismos dueños y la calidad y sabor se mantienen. 

Cual no sería mi sorpresa cuando uno de los meseros nos saludó y resultó ser el mismo que tantas veces nos atendió en esa época. Estaba contento de vernos y recordar viejos  tiempos y vino la inevitable pregunta, esa que tanto temo. Y su esposo?

 La verdad es que nunca sé cómo responder esta pregunta. Qué palabras usar. Mi esposo falleció. Mi esposo murió. El ya descansa en paz. Partió de este mundo. Se fue.

 Todas me resultan difíciles de pronunciar, todas me son dolorosas y todas me llevan a tomar conciencia una vez mas de que ya no estás con nosotros acá. Aunque ya he aceptado tu ausencia, es como si al decirlo te volvieras a ir.

Igual me ha pasado con Elena, nuestra amiga de la boutique. Se enteró hace poco de tu partida (también decirlo así me cuesta)  y me escribió bonito recordando nuestra amistad y nuestras largas conversaciones al terminar el día, cuando íbamos a su tienda para ver si necesitaba algo de lo que confeccionábamos. Y aún no me animo a responderle, aún duele hablar del tema. Trataré de hacerlo pronto. Te amo Roskolgo.

25 marzo 2024

Y asi nos conocimos...

 


Hola amor, estos días he estado recordando cómo nos conocimos. Corría el año 79 y coincidimos en clases de alemán en el instituto Goethe. .Ambos llegamos temprano y aún no habían abierto las puertas del segundo piso, donde se dictaban las  clases por lo que nos sentamos en una banca del patio a esperar. Intercambiamos una que otra mirada hasta que  abrieron la puerta y pudimos subir y ya en el salón descubrimos que una de las que parecía una estudiante más era la profesora. Esto rompió el hielo y comentamos nuestra impresión al respecto.

Recuerdo que ese día en la tarde conversé con una amiga y le  conté de mis clases comentándole que había un chico que "no estaba mal". Tiempo después me comentaste que tú también le habías dicho a tu amigo que yo te gustaba.

Cada uno llegó ahí con sus propios planes bajo el brazo. Yo quería aprender el alemán por sugerencia de mi hermana Cristi, quien vivía en Suiza y quería que pudiese viajar donde ella. Tú querías aprender alemán para poder postular a una beca a través de la embajada alemana.  Ahí todavía ignorábamos que la vida tenía sus propios planes y que ninguno de los dos llegaría a viajar. 

Con el paso de los días fuimos descubriendo que aparte del interés por aprender el idioma, compartíamos otras aficiones. A ambos nos gustaba la música, las largas caminatas y los libros; eramos ratones de biblioteca. 

La profesora se debe haber dado cuenta del interés que iba naciendo entre nosotros pues siempre que había un diálogo de pareja nos hacía leerlo a nosotros y se reía con complicidad cuando me mirabas en busca de ayuda por alguna respuesta. 

En la pausa del recreo íbamos a la cafetería a disfrutar del mejor sándwich mixto del mundo, creo que su secreto era el queso que utilizaba. Finalizada la clase caminábamos un rato por ahí  hasta que cada quien tomaba su camino. Y luego empezamos a hacer las tareas juntos en mi casa.  Todo pretexto era bueno para pasar tiempo juntos.

Ahí también ignorábamos que estaríamos juntos los siguientes 44 años.  Besos al cielo!




23 marzo 2024

Círculo de duelo...


 

Querido amor, luego de tu partida sentí como si estuviera en una nebulosa. Me parecía irreal lo que había sucedido, no quería terminar de creer y aceptar tu partida.  Salir de casa y levantar la vista hacia la ventana para ver tu sonrisa y tu abrazo eran parte habitual de nuestra rutina y eso ya no estaría más. Artu me dijo "imagina que ahora  esa sonrisa y ese abrazo vienen desde más arriba" y así lo hice y me sentí mejor.

Los primeros días sentía miedo de morir yo también, me venían palpitaciones y pensaba que sufriría un ataque. Corría a tomarme la presión para verificar que todo estuviera en orden y lloraba de pensar que nuestros hijos nos perdieran a los dos en tan poco tiempo. Felizmente, esto no duró mucho y pude darme cuenta que eran ataques de pánico como consecuencia de la pena de tu ausencia y sobre todo de lo rápido e imprevisto que sucedieron las cosas.

Sentía muchos deseos de llorar continuamente, y así lo hacía, en especial por las noches. Nunca lloré tanto por una pérdida como ahora, pero fue sanador hacerlo. Sanador y necesario. No en vano compartimos juntos 44 años.

 Luego de algunos meses de tu partida participé de un circulo de duelo. Fue un taller de dos sesiones vía zoom, donde compartimos con otras personas que pasaban por sus propios procesos de duelo.

 Y  nos explicaron que toda pérdida, o cambio conlleva un duelo. Y que cada duelo es distinto, único y personal. Que no está mal llorar ni sentirse triste. Que es bueno desahogarse. Y que tampoco hay un tiempo determinado para que el duelo termine, que eso debe sentirlo uno y sobre todo respetarlo. Que debíamos tener paciencia y avanzar cada quien a su ritmo.  

Y así es, siento que van escaseando esos momentos tristes y que incluso ya hay recuerdos que me hacen sonreír. Pasito a paso voy avanzando. Te amo siempre.


20 marzo 2024

Siempre el 11...


 

Querido amor, es curioso como el número 11 está tan presente en nuestras vidas. 

Tú naciste en el mes  11 del 56 (5+6=11) y nos casamos un 11.11.83. Me acabo de percatar que 83 también lleva a 11 (8+3) Cuando nos casamos ni siquiera nos dimos cuenta de la coincidencia, simplemente fue el día que mas nos acomodaba y lo elegimos. Me sucede con frecuencia que miro la hora o escribo un mensaje justo a las 11:11 y siempre que me doy cuenta del detalle me sorprendo. Y veo que ahora se habla mucho del 11:11, ha pasado a ser un número importante.

Fue un 11.1 cuando nuestra hija se casó, y supongo que no es casualidad que justamente otro 11.1 te vio partir de este mundo para volar en libertad.  

Y ahí no terminan las coincidencias, luego de tu partida  noté que tus dos hermanos eligieron también un día 11 para marcharse de este mundo. Todos en distinto mes de distinto año pero con la fecha 11  como común denominador. 

Coincidencia? Casualidad? Circunstancial? Relevante? Irrelevante? Sea como sea, lo cierto es que el 11 se ha convertido ahora en un número que inevitablemente me hace pensar en tí.. Probablemente si siguieras con vida me dirías que hay que jugar el número 11.  Te amo!




17 marzo 2024

Recuerdos...



Hola amor, te cuento que hoy celebramos la misa en honor a San José y cantamos con el coro. La ceremonia estuvo muy concurrida y sentí que cantamos con el corazón. 

Recordé tantas veces en que me acompañaste y al momento de la paz nuestras miradas se buscaban y se abrazaban. También recordé en como te gustaba encender velas y cantar tus alabanzas en casa . Había una canción en especial que solías cantar con emoción  y yo cuando te escuchaba entonarla con tu voz ronquita pensaba que si algún día no estuvieses mas, me sería muy difícil escucharla  sin sentir nostalgia. Y así mismo es, me emociona mucho escucharla e imaginar tu voz. y no puedo evitar que alguna lagrimita se escape.

Tú siempre me hablabas del banquete eterno que te esperaría cuando llegase tu hora de morir, que irías a un lugar donde no habría sufrimiento ni dolor, solo alegría y celebración. Y estoy segura que partiste con esa certeza y ahí te imagino, en paz y celebrando. Te amo siempre.

16 marzo 2024

Un milagro...



Querido amor, te cuento que hace un par de meses , participando en un taller de escritura en el que pensé haríamos ejercicios ligeros y divertidos nos mandaron redactar un texto cuyo título era: 

"Qué sería un milagro para mí?"

Me quedé helada y la piel se me puso de gallina pues en lo único que podía pensar era que ese milagro sería el que tú no te hubieras ido. Y de eso fue de lo que escribí, pues por mas que traté de imaginar otro tema, era lo único que necesitaba escribir. 

Y ahí descubrí que no estaba tan superada tu perdida como yo creía. Entendí que me sigues haciendo mucha falta, que te extraño en los detalles. Añoré compartir las noches de series , nuestras butifarras dominicales, nuestra complicidad al jugar con nuestro nieto, nuestras mañanas de carreras por el parque, y así muchas cosas mas.

Entendí que si, estoy aprendiendo a vivir con tu ausencia, y a sentirte cerca en el silencio. Pero aún hay cosas que sin tí no tienen sentido. Ya el tiempo irá curando esos vacíos. Un beso hasta el cielo.

14 marzo 2024

Volaste libre...


 Querido amor, han pasado ya 14 meses desde tu partida y recién me decido a hacer algo que quise  desde el principio pero que fui dilatando. Escribirte. Dicen que no hay nada mas terapéutico que escribir y que hacerlo ayuda a sanar, pero tu partida fue tan sorpresiva que entre en modo automático y recién puedo empezar a sacar todo lo que se quedó dentro.

Te fuiste sin previo aviso, con muchos planes y proyectos aún por realizar. Atesoro el último abrazo que nos dimos, fue especialmente largo y estrecho. También tu última bendición, no te gustaba que saliese de casa sin bendecirme. Tu último mensaje de whatsapp "te amo y los amo muchísimo" me acompaña siempre y trato de leer entre líneas si algo en tí intuía lo que venía. Me aferro a la idea de que cuando me permitieron verte escuchaste mis palabras y supiste cuanto te amábamos todos y que todos estábamos en paz contigo.  Tus pestañas se movieron imperceptiblemente al oirme, y vi claramente una lágrima en tu párpado que me indicó que me escuchabas. . 

En esa semana que los médicos intentaron lograr que te quedes, yo me debatía entre aferrarme a esto, o dejarte marchar en libertad. Solo quería lo mejor para tí y evitarte sufrimientos. Y elegiste volar, y lo acepté. Y me pasé meses sintiendo tu presencia en cada mariposa que se cruzó en mi camino. 

Acepto tu partida, aunque te echo mucho de menos. No en vano hemos compartido 44 años de nuestras vidas y hemos atravesado juntos tantos y tantos momentos. Alegrías y grandes momentos, amarguras y sinsabores, perdidas y tristezas, amor y reconciliación. Si de algo estoy segura es de cuanto me amabas, siempre me hiciste sentir que yo era tu centro. Gracias por esto, gracias por todo, gracias por tanto.