Querido amor, te cuento que hoy participé de un taller de David Fischman cuyo tema era "sana tu niño interior".
Sentí que a ti también te hubiera gustado estar ahí. Fue un trabajo sumamente intenso el que hicimos mirando en retrospectiva nuestras vidas, recordando episodios del pasado y tratando de identificar heridas de infancia para sanarlas.
Me identifiqué en algunas de las cosas que mencionó y te identifiqué también a ti en otras. Actitudes o reacciones que a veces me desconcertaban y que de pronto hoy cobraron sentido. Creo que a nuestra manera supimos apoyarnos y complementarnos también en esas carencias.
Me parece admirable como siempre encontramos la manera de continuar pese a las diferencias o discrepancias. Pienso que los dos sentíamos que valía la pena lo que construíamos y así persistimos contra viento y marea, muchas veces con el viento a favor y otras tantas bregando contra corriente. Aprendimos a aceptarnos con el "paquete completo" como bromeamos alguna vez. Y supimos ser cada uno a su manera soporte para el otro cuando fue necesario.
Me alegra ahora mirar hacia atrás y ver que no nos dimos por vencidos, y que el amor que en su momento nos unió y pasó por tantos cambios, momentos y evoluciones logró permanecer, mas maduro, sereno, calmado y nos acompañó hasta el final de nuestro camino juntos. Te amo y te recuerdo siempre.